tierra

Instalación / Medidas variables / 2024-25
Madera, cañas, ramas, ponis, hojas, piedras y fósiles sobre fotografías plegadas (pósters), fotografías sobre palos y raíz, y lápiz de color sobre papel de arroz.

Exposición individual  —–> Sala Pintores 10 (Cáceres)  —–>   12.12.2024 – 31.01.2025

Esencialmente, somos polvo de estrellas, formados por los mismos elementos que componen los océanos, las montañas, el aire y la tierra. Pero nos hemos separado de la naturaleza como si fuéramos algo distinto de ella, y los ecos de nuestra desconexión, resuenan en todos los rincones del planeta y en nuestro interior más profundo.

Esta exposición surge como una exploración del vacío y el deterioro en nuestra relación con la tierra, esa misma que nos sostiene y que, en silencio, muestra las marcas de nuestro descuido. Es una reflexión visual sobre los límites a los que nos hemos llevado como sociedad, como individuos, y como parte de un entorno natural al que, en su esencia, pertenecemos.

Cada imagen aquí presenta una historia de huellas y ausencias, de desolación y resistencia. Las imágenes que ves son fotografías de fotografías de fotografías… hechas en la naturaleza. Una capa sobre otra, un eco constante que pierde intensidad, claridad y vida a medida que se despliega en una sucesión de distancias. Este proceso refleja cómo, al igual que estas imágenes, nuestra relación con la naturaleza, con nosotros mismos y con los demás, se ha vuelto distante y fragmentada.

El resultado es una representación del agotamiento de lo que una vez fue nítido y esencial, de una tierra que ahora percibimos como algo lejano, cada vez menos tangible y cada vez más desolada. Lo mismo que ocurre con nosotros mismos y hacia los demás.

Como los pósters desplegados de esta exposición, cada imagen también representa un pliegue en nuestra conciencia colectiva. Al ver estas capas sucesivas, encontramos un espacio de reflexión: en cada capa, en cada pliegue, vislumbramos la carga de nuestras acciones, el peso de nuestra desconexión, pero también el sutil recordatorio de lo que aún podemos sanar.

No es solo un estado de destrucción; es una invitación a reconocer dónde estamos y a preguntarnos por qué estamos aquí. Nos recuerda que cada fragmento de naturaleza que pisamos, cada huella de abandono que dejamos, es también una oportunidad de retorno, de volver a arraigarnos y a sostenernos mutuamente en un proceso de restauración. Un invitación a desplegarnos, con consciencia, como acto profundo y sanador.

La herida herida
Caña intervenida con lápiz de color sobre papel de arroz, sobre impresiones plegadas (póster) / 180×90 cm / 2024

El dolor es necesario
Impresiones plegadas (póster) / 90×60 cm / 2024

Los pensamientos me galopan
Piedra, ponis e imán impreso sobre impresión plegada (póster) y dibujo de lápiz de color sobre papel de arroz / 70×120 cm / 2024

Evito mirarme durante demasiado tiempo
Madera, cuerda y flor sobre sobre impresiones plegadas (póster) / 120×84 cm / 2024

El río del volver
Piedras de río e imán impreso sobre impresión plegada (póster) / 75×105 cm / 2024

Inviernos que nos arden por dentro
Piedras con tierra sobre impresiones plegadas (póster) y raíz intervenida con impresión / 120x170x80 cm / 2024

La palabra que hiere
Fósiles sobre impresión plegada (póster) / 42×60 cm / 2024

Me vestí despacio, como si cada prenda pesara más de lo que debería
Rosas y zarzas sobre impresiones plegadas (póster) y papel, y lápiz de color sobre papel de arroz / 180×84 cm / 2024

Me tocó con las manos heladas
Fósiles y conchas sobre impresiones plegadas (póster) / 120×168 cm / 2024

Mis células ya no vibran con las mareas
Cañas sobre sobre impresión plegada (póster) / 75×105 cm / 2024

Mis lágrimas se secan antes de llegar al mar
Palos intervenidos con impresión, palos sobre impresión plegada (póster), y trozos de árbol sobre dibujo de lápiz de color sobre papel de arroz / 180×140 cm / 2024

Mis manos ya no tocan la tierra
Imanes impresos sobre impresiones plegadas (póster) / 310×165 cm / 2024